Us agrada?

Bona nit canalla, ja torno a estar nerviós... tinc un projecte nou entre mans. Fa dies que hi dono voltes, que m'invento frases, situacions, recordo anècdotes i experiències... vaja, que m'estic cardant nerviós. Ja veieu a quines hores... a veure si acabo de penjar això abans de les quatre i dormo una estona!

Dues cosetes, us ensenyo el que tinc fet, ho he vomitat, no està treballat el text. Tinc dos conillets d'indies... hehehe, tinc dos valents que confien amb mi per endinsar-se en el magnífic món de les revistes. No faig broma, ho he deixat anar un parell de cops, però sembla que us faci mandra ser els protagonistes de les meves anades d'olla.

És en castellà perquè si m'ajudeu a fer-ho bé i hi dieu la vostra, sortirà per tot espanya. Si voleu, poseu-hi títol, que a mi sempre em fa mandra!

ah! i moltes gràcies! I perdoneu pel meu poc domini de l'idioma, és que fa quinze anys que ni el parlo!

hi vaig treballant a sobre, la resta serà secret professional...

Como una locomotora, igualito que un tren de mercancías de los de antes, de esos con motor diesel, de los que cargan con todo, que arrancan despacito pero nunca paran. Incansables, insaciables, incombustibles, intratables con varas flacas… así se muestran estas bestias, así se comporta la que es -para mi- la dama blanca.

Primera parada: a medias aguas.

Recuerdo (como iba a olvidarlo) mi primera vez. Me sorprendió a medias aguas, la buscaba con toda mi alma: las vi en mi pequeña pantalla, dejé profundizar el señuelo hasta donde calculaba que estaban, cerré el pick-up, le di al carrete con todas mis ganas cuando de repente -y sin previo aviso que me alertara- se me clavó el jig en mitad de la nada. Me quedé pasmado, alucinando con lo que estaba notando, era como si de repente hubiera enganchado en el fondo, aún y sabiendas que tenia la muestra a veinte metros del substrato! Será una red? Un palangre mal señalizado? Que va!, no tardé más que unos cinco segundos cuando “aquello” empezó a mostrar-se enojado…, y arranca el diesel sacando varios metros de trenzado. No podía hacer nada, simplemente me quedé observando como me cambiaba de colorines la trenza, anunciando que a treinta metros de mi se había parado. Hizo -cuándo quiso- una pausa, y fue cuando intenté por primera vez darle a la manivela para recuperar… Como pesaba!

Noté como la serviola cabezoneaba intentando arrancar de su labio aquél extraño aparejo que la apresaba. A cada tirón que daba me hundía la punta de la caña en el agua, intentaba levantarla pero la dos-setenta que llevaba en aquellos tiempos era demasiado larga. De carrete iba bien dotado pese a mi inexperiencia, más tuve que darle un par o tres de vueltas al freno para intentar vencer la fuerza y potencia de aquel digno adversario. No me lo quiso poner nada fácil... y cuando vio que tiraba de él se rebeló, se dio la vuelta y empezó de nuevo el tren de mercancías su ruta hasta la siguiente parada, veinte metros más allá, parando donde y cuando le daba la gana.

La cosa empezó a tener gracia, recuerdo que me reía a carcajadas y mi compañero – que era el primer dia que que acompañaba- se quedó sentado en proa con cara de susto, boquiabierto y petrificado, dándome ánimos. Estaba contento, me sentía tan feliz en esos momentos! Una picada así no la había tenido en mi vida, así que intenté calmar los nervios –que los tenia- y concentrarme en sacar de una vez por todas mi sueño para poder abrazarlo. Cinco metros más. Cabezazos, mi canya no salia del agua y me empezaba a doler la espalda, los codos y los antebrazos. Terminé sentado, con el mango entre las piernas, apoyándolo sobre el banco improvisando una silla de combate, tirando con todas mis fuerzas acompañando el vaivén de la vara con mi espalda y recuperando vuelta a vuelta lo que ganaba de batalla. Enganché al pez a unos 25 metros de fondo, más lo que me arrancó cuando quiso, calculo que se hallaba a unos sesenta metros de mi. Me dolía todo, el brazo se me agarrotaba, estaba sudando, la espalda se me hacía añicos y las muñecas pedían clemencia así que, cuando os preguntéis qué se siente al tener una buena serviola al otro extremo de la línea, hay dos únicas respuestas, amigos: mucha tensión y más dolor de lo que esperaba.

No podía más, el equipo era decente para sacar bonitos, dentones, lubinas y sargos, pero éstos nada tienen que ver con la potencia y la fuerza de una señora serviola cabreada, nada de nada. Así que cerré freno y empezé a darle más y más y más  caña hasta que nos vimos cara a cara, fuerza con fuerza y- como no- ganó la dama blanca. Derrotado y dolorido en cuerpo y alma comprobé, pasmado, como me había doblado el triple como si fueran anzuelos de alambre.

Aquel dia aprendí a sacar peces grandes.

Segunda parada: Serviola a spining.



Tercera parada: ...

au, dieu la vostra, que això només és un equema. Escurçaré la primera part x igualar-la amb les altres dues. Les meves fotos no hi sortiran, són de móbil... i volem qualitat.


la tercera part és secreta, i què collons... encara no la tinc feta! Ni la 2a... aquestes les veureu si passem la prova!


alguna suggerència? vaaaa, ara hi som a temps!


vaig a fer nones... no podia dormir...quins nervis!